Ruta de los Castros

Castro El Castello

Castro El Castello

Este sitio histórico ofrece impresionantes vistas al mar, fosos defensivos y un entorno fértil, ideal para los amantes de la historia y la naturaleza.
En el cabo de Punta Campega, se localiza el castro más oriental de los localizados en el municipio de Tapia de Casariego: El Castello. Su nombre, derivado del latín castellum –diminutivo de castrum-, ya apunta la localización en este lugar de una fortificación. Abierto al mar de este a oeste, las defensas de El Castello se concentran en el lado sur, aislando el poblado de la llanura costera. En primer lugar, se encuentra un gran foso de unos 230 m de longitud, 8 m de anchura y una profundidad de unos 5 m, aunque en la actualidad se encuentra relleno casi en su totalidad. Un segundo foso más corto, de 80 m de longitud, conecta con el anterior por el lado oriental. Tras ellos, se levanta un parapeto o caballete de tierra y piedras, de casi 4 m de altura, que refuerza la protección creada por los fosos.
El Castello dispone de dos recintos en los que se situarían las viviendas y espacios dedicados a las actividades artesanales de sus moradores. El primer recinto se coloca entre la línea de fosos y el parapeto. El segundo, al interior de este, ocupando el resto del cabo. La suma de ambos alcanza una superficie de 1,3 hectáreas. Este yacimiento no ha sido objeto de excavaciones arqueológicas científicas. Sin embargo, se tienen noticias de los siglos XIX y XX que hablan de varios hornos de fundición –probablemente en realidad cabañas de piedra circulares- y de una plaza enlosada.
Dada la proximidad de este castro con la mina de Salave muy posiblemente habrá tenido vinculación con ella en tiempos de su explotación. De todos modos, no podemos olvidar la máxima importancia de la agricultura y la ganadería en la economía c El Castello dispone de un entorno favorable para el desarrollo de la ganadería y la agricultura, al estar rodeado por tierras bastante llanas y fértiles.
Aunque no ha sido excavado, se tienen noticias de los siglos XIX y XX que hablan de varios hornos de fundición –probablemente cabañas de piedra circulares- y de una plaza enlosada.