Ruta de los Castros
Castro El Toxal
El punto de partida del viaje al pasado en Tapia de Casariego.
Este es el primero de los castros de la ruta de los castros costeros de Tapia de Casariego. Hoy lo llamamos El Toxal, nombre muy apropiado, pues lo que queda del mismo se halla cubierto por un denso manto de tojos –toxos en la lengua de esta comarca–.
El Toxal, origen del poblamiento de la villa de Tapia, se asentó sobre una península rodeada de mar por casi todo su perímetro, excepto en su zona suroccidental. En ella se excavaron dos pequeños fosos defensivos, hoy casi completamente rellenados, siendo visible el situado más al exterior desde zona de Tapia que da al perfil del acantilado occidental del yacimiento. Desde ese lugar se puede observar el perfil de una trinchera de paredes bastante rectas que forman una “V”. El resto del perímetro meridional del castro se aisló de las tierras que lo rodean por medio de un talud casi vertical, que resulta visible desde aquí.
Desgraciadamente, apenas queda una pequeña parte de este castro, unos 2.000 m2 correspondientes a la zona de las defensas. Del recinto del poblado, donde se situarían las casas de sus moradores, no se conserva prácticamente nada debido a la potente erosión marina que sufre esta parte de la costa.
Poco más se sabe de este yacimiento. Parece ser que en él fueron descubiertos varios fragmentos de molinos de mano realizados en granito, materiales muy comunes en los castros. Sin embargo, es interesante una referencia escrita, una noticia del año 1027 recogida en el Libro de Registro del Monasterio de Corias (Cangas del Narcea). En él se recoge una donación de la Condesa Ildoncia al monasterio, entregando varios bienes entre los que se cita el “castrum de Represas”, seguramente el lugar que hoy conocernos como El Toxal y que por aquel entonces quizá aún tenía algún uso, posiblemente militar.
El Toxal, origen del poblamiento de la villa de Tapia, se asentó sobre una península rodeada de mar por casi todo su perímetro, excepto en su zona suroccidental. En ella se excavaron dos pequeños fosos defensivos, hoy casi completamente rellenados, siendo visible el situado más al exterior desde zona de Tapia que da al perfil del acantilado occidental del yacimiento. Desde ese lugar se puede observar el perfil de una trinchera de paredes bastante rectas que forman una “V”. El resto del perímetro meridional del castro se aisló de las tierras que lo rodean por medio de un talud casi vertical, que resulta visible desde aquí.
Desgraciadamente, apenas queda una pequeña parte de este castro, unos 2.000 m2 correspondientes a la zona de las defensas. Del recinto del poblado, donde se situarían las casas de sus moradores, no se conserva prácticamente nada debido a la potente erosión marina que sufre esta parte de la costa.
Poco más se sabe de este yacimiento. Parece ser que en él fueron descubiertos varios fragmentos de molinos de mano realizados en granito, materiales muy comunes en los castros. Sin embargo, es interesante una referencia escrita, una noticia del año 1027 recogida en el Libro de Registro del Monasterio de Corias (Cangas del Narcea). En él se recoge una donación de la Condesa Ildoncia al monasterio, entregando varios bienes entre los que se cita el “castrum de Represas”, seguramente el lugar que hoy conocernos como El Toxal y que por aquel entonces quizá aún tenía algún uso, posiblemente militar.