Ruta de la Minería
Iglesia de Sta. María de Campos y Salave / Quiosco
Un lugar histórico con arquitectura neogótica y un quiosco musical moderno, ideal para los amantes de la cultura y la belleza arquitectónica.
Es una construcción de finales del siglo XIX, de estilo historicista, de raigambre neogótica, aunque no abandona del todo las soluciones clasicistas. El templo está localizado en Salave, en el lugar de Cotarello, en una amplia plaza con otros elementos arquitectónicos, como el quiosco de música y el crucero Casa Adolfo.
El 30 de agosto de 1896 se bendijo la primera piedra de la nueva iglesia que fue colocada, en la cabecera, junto con el acta que se colocó debajo de esta. Fue financiada con la participación económica de indianos, de instituciones y colectas parroquiales. Ya en 1898 estaba cubierta y en 1899 se dieron cales en interior y exterior. Las obras siguieron durante el siglo XX, ya que en 1940 la bóveda fue reconstruida y en 1960 se cubre la torre con azulejo rojo.
Los materiales constructivos son los propios de la arquitectura local y tradicional: mampostería irregular de pizarra para los cerramientos, reforzada con cantería en las esquinas y cornisas, y pizarra en la cubierta; teja árabe en la cumbrera y ladrillo en la aguja de la torre. Aunque los muros están cargados de cal-arena y enlucidos aún se ve la mampostería en el muro testero y en la casa rectoral, adosada a la capilla mayor de la iglesia.
Consta de tres naves, con tribuna a los pies, y cabecera rectangular. La nave central tiene mayor altura que las laterales y también que la capilla mayor. Las tres naves están separadas por arquerías de medio punto que descansan en esbeltos pilares cuadrangulares. Todas ellas están cubiertas con bóvedas de crucería.
El templo combina la arquitectura clasicista (arcos de medio punto e impostas) con la gótica (altura de las naves y bóvedas de crucería). El arco de triunfo también es de medio punto y descansa en pilares e impostas de cantería. Vemos, como ante todo, es un templo que busca la claridad espacial y la luminosidad, habitual en la arquitectura gótica. Al exterior se abren abundantes vanos, en forma de arco de medio punto. Al frente se abre una monumental torre, de elevadas proporciones y de tres cuerpos: el primero abierto por tres de sus lados con arcos ojivales o apuntados, el segundo con una ventana apuntada al frente y el superior con otras tres, apuntadas también. La torre remata en una especie de pináculos y una elevada aguja. Al igual que la arquitectura gótica destaca por su acentuada verticalidad. En el costado sur se abre un cabildo o pórtico, sobre pies derechos y cubierto con armadura de madera. La pavimentación interior es de baldosa moderna y los acabados interiores están blanqueados.
La construcción de esta iglesia nace por la unión y derribo de las dos iglesias anteriormente existentes, la de Santa María de Campos y la de San Salvador de Salave, tras la reforma de fray Ramón Martínez Vigil en 1892. La iglesia de Campos aparece en el inventario elaborado por orden del obispo de Oviedo, don Gutierre de Toledo como Santa María de Campos.
Bienes muebles de interés, sobre todo los retablos, procedentes de los antiguos templos de Campos y de Salave. El retablo mayor es un buen ejemplo de la retablística derivada del Taller de Corias y data de c.1750. Conserva algunas piezas de imaginería coetánea como San Salvador y San Matías, aunque la imagen más destacada es la de la Inmaculada en la hornacina principal, sin duda, una importación del primer tercio del siglo XVIII. Junto a él, está el retablo de la Inmaculada, sin imaginería destacable y el retablo de San Isidro Labrador, de hacia 1930 realizado en los talleres de Marcelino Candaosa, de Castropol. En la sacristía hay un copón de la segunda mitad del siglo XVI, de plata y plata sobredorada y varios cálices de los siglos XVII-XVIII (todos estos bienes y otros están recogidos en el Inventario de bienes muebles de la Consejería de Cultura y Deporte del Principado de Asturias, año 1996, caja 50, fichas 5.406.0-5.433).
El quiosco de música de Salave fue inaugurado en 1949. Se trata por tanto de una construcción moderna, con apenas sesenta años de historia. La tipología hay que ponerla en relación con el impulso urbanístico producido en la segunda mitad del siglo XIX. Durante esta época se erigieron edificios para la mejora de las ciudades y de los núcleos de población y para la comodidad de las clases sociales. Junto a los ensanches urbanísticos, se levantaron mercados, puentes, estaciones de trenes y galerías comerciales. La creación de estos espacios estuvo ligada a la revolución que de la arquitectura en la segunda mitad del siglo XIX, con la incorporación de nuevos materiales: el hierro y el cristal. Por tanto, el quiosco de música de Salave es una interpretación de los quioscos decimonónicos construidos en hierro pero en su versión popular, donde prima la funcionalidad y no tanto la belleza formal. Es una estructura sencilla, de planta octogonal, con ocho columnas sobre un elevado basamento que sujetan una cúpula de hormigón. La barandilla rodea todo el perímetro, excepto la entrada principal. Los basamentos están decorados con instrumentos musicales, en este caso arpas.
Fue financiado por fondos recaudados por emigrantes de Campos y Salave residentes en Cuba.
El 30 de agosto de 1896 se bendijo la primera piedra de la nueva iglesia que fue colocada, en la cabecera, junto con el acta que se colocó debajo de esta. Fue financiada con la participación económica de indianos, de instituciones y colectas parroquiales. Ya en 1898 estaba cubierta y en 1899 se dieron cales en interior y exterior. Las obras siguieron durante el siglo XX, ya que en 1940 la bóveda fue reconstruida y en 1960 se cubre la torre con azulejo rojo.
Los materiales constructivos son los propios de la arquitectura local y tradicional: mampostería irregular de pizarra para los cerramientos, reforzada con cantería en las esquinas y cornisas, y pizarra en la cubierta; teja árabe en la cumbrera y ladrillo en la aguja de la torre. Aunque los muros están cargados de cal-arena y enlucidos aún se ve la mampostería en el muro testero y en la casa rectoral, adosada a la capilla mayor de la iglesia.
Consta de tres naves, con tribuna a los pies, y cabecera rectangular. La nave central tiene mayor altura que las laterales y también que la capilla mayor. Las tres naves están separadas por arquerías de medio punto que descansan en esbeltos pilares cuadrangulares. Todas ellas están cubiertas con bóvedas de crucería.
El templo combina la arquitectura clasicista (arcos de medio punto e impostas) con la gótica (altura de las naves y bóvedas de crucería). El arco de triunfo también es de medio punto y descansa en pilares e impostas de cantería. Vemos, como ante todo, es un templo que busca la claridad espacial y la luminosidad, habitual en la arquitectura gótica. Al exterior se abren abundantes vanos, en forma de arco de medio punto. Al frente se abre una monumental torre, de elevadas proporciones y de tres cuerpos: el primero abierto por tres de sus lados con arcos ojivales o apuntados, el segundo con una ventana apuntada al frente y el superior con otras tres, apuntadas también. La torre remata en una especie de pináculos y una elevada aguja. Al igual que la arquitectura gótica destaca por su acentuada verticalidad. En el costado sur se abre un cabildo o pórtico, sobre pies derechos y cubierto con armadura de madera. La pavimentación interior es de baldosa moderna y los acabados interiores están blanqueados.
La construcción de esta iglesia nace por la unión y derribo de las dos iglesias anteriormente existentes, la de Santa María de Campos y la de San Salvador de Salave, tras la reforma de fray Ramón Martínez Vigil en 1892. La iglesia de Campos aparece en el inventario elaborado por orden del obispo de Oviedo, don Gutierre de Toledo como Santa María de Campos.
Bienes muebles de interés, sobre todo los retablos, procedentes de los antiguos templos de Campos y de Salave. El retablo mayor es un buen ejemplo de la retablística derivada del Taller de Corias y data de c.1750. Conserva algunas piezas de imaginería coetánea como San Salvador y San Matías, aunque la imagen más destacada es la de la Inmaculada en la hornacina principal, sin duda, una importación del primer tercio del siglo XVIII. Junto a él, está el retablo de la Inmaculada, sin imaginería destacable y el retablo de San Isidro Labrador, de hacia 1930 realizado en los talleres de Marcelino Candaosa, de Castropol. En la sacristía hay un copón de la segunda mitad del siglo XVI, de plata y plata sobredorada y varios cálices de los siglos XVII-XVIII (todos estos bienes y otros están recogidos en el Inventario de bienes muebles de la Consejería de Cultura y Deporte del Principado de Asturias, año 1996, caja 50, fichas 5.406.0-5.433).
El quiosco de música de Salave fue inaugurado en 1949. Se trata por tanto de una construcción moderna, con apenas sesenta años de historia. La tipología hay que ponerla en relación con el impulso urbanístico producido en la segunda mitad del siglo XIX. Durante esta época se erigieron edificios para la mejora de las ciudades y de los núcleos de población y para la comodidad de las clases sociales. Junto a los ensanches urbanísticos, se levantaron mercados, puentes, estaciones de trenes y galerías comerciales. La creación de estos espacios estuvo ligada a la revolución que de la arquitectura en la segunda mitad del siglo XIX, con la incorporación de nuevos materiales: el hierro y el cristal. Por tanto, el quiosco de música de Salave es una interpretación de los quioscos decimonónicos construidos en hierro pero en su versión popular, donde prima la funcionalidad y no tanto la belleza formal. Es una estructura sencilla, de planta octogonal, con ocho columnas sobre un elevado basamento que sujetan una cúpula de hormigón. La barandilla rodea todo el perímetro, excepto la entrada principal. Los basamentos están decorados con instrumentos musicales, en este caso arpas.
Fue financiado por fondos recaudados por emigrantes de Campos y Salave residentes en Cuba.

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