Ruta BTT 1

Casa del Convento
Este lugar destaca por su arquitectura singular, que combina tradición y rusticidad, rodeado de un entorno natural que invita a la exploración y el descanso.
La casa del Convento de Villargomil data de finales del siglo XIX, seguramente de 1877, cuando se construyó la capilla (vid. ficha TP- 24). El edificio presenta una planta de trazado irregular, compuesta por distintos volúmenes yuxtapuestos. De este modo, no estamos ante el característico palacio o casona asturiana, organizado con cuatro crujías en torno a un patio central y una fachada entre dos torres, sino un conjunto compuesto por distintos volúmenes que vistos desde el exterior transmiten la sensación de construcciones tradicionales. La finca está rodeada por una amplia y desarrollada muralla en la que se abre el portalón de acceso compuesto por dos pilares de mampostería irregular de pizarra y una cubierta del mismo material y teja árabe, dispuesta a doble agua. Tanto la casa como todas sus dependencias están construidas con los materiales de la arquitectura local y popular: mampostería irregular de pizarra. Toda la cubrición exterior es de pizarra a triple agua, reforzada con teja árabe en las cumbreras y piedras de sección piramidal en la línea de fachada. En la parte de abajo presenta otra estructura destinada a almacenamiento.
Al exterior está estructurada como los cabazos tipo Ribadeo, es decir, con una puerta principal y pequeños vanos para la ventilación del interior. Todo el conjunto muestra una dependencia con los pazos gallegos, construcciones solariegas tradicionales, normalmente ubicadas en el campo y residencia de personas importantes, sobre todo hidalgos, como atestigua la presencia de una amplia finca o jardín, un palomar y una capilla. La casa de Villargomil es de planta cuadrangular, y destaca por sus tres alturas, la inferior para almacenamiento y las superiores para residencia (zona noble o de vivienda). Todos los vanos que están distribuidos regularmente son de formato cuadrangular y están cerrados con carpintería enrasada. Al exterior presenta un aspecto sólido, desornamentado y con soluciones más próximas la arquitectura tradicional que a las de la arquitectura culta, que solo se manifiesta en los empilastrados de las cuatro esquinas y en el cornisamiento de las fachadas principal y trasera. Por tanto, el conjunto de Villargomil ejemplifica la tendencia constructiva tradicional, caracterizada por el empleo de la pizarra, trabajada con rusticidad y sobriedad, sin concesiones a lo ornamental.
Al exterior está estructurada como los cabazos tipo Ribadeo, es decir, con una puerta principal y pequeños vanos para la ventilación del interior. Todo el conjunto muestra una dependencia con los pazos gallegos, construcciones solariegas tradicionales, normalmente ubicadas en el campo y residencia de personas importantes, sobre todo hidalgos, como atestigua la presencia de una amplia finca o jardín, un palomar y una capilla. La casa de Villargomil es de planta cuadrangular, y destaca por sus tres alturas, la inferior para almacenamiento y las superiores para residencia (zona noble o de vivienda). Todos los vanos que están distribuidos regularmente son de formato cuadrangular y están cerrados con carpintería enrasada. Al exterior presenta un aspecto sólido, desornamentado y con soluciones más próximas la arquitectura tradicional que a las de la arquitectura culta, que solo se manifiesta en los empilastrados de las cuatro esquinas y en el cornisamiento de las fachadas principal y trasera. Por tanto, el conjunto de Villargomil ejemplifica la tendencia constructiva tradicional, caracterizada por el empleo de la pizarra, trabajada con rusticidad y sobriedad, sin concesiones a lo ornamental.