Junto a una naturaleza impresionante, nos adentremos en la cultura castreña, donde los antiguos pobladores construyeron sus poblados frente al Cantábrico.

La ruta de los castros ofrece la posibilidad de realizar un viaje al pasado, visitando y conociendo la historia de los viejos poblados fortificados de época prerromana y romana asentados en la costa del municipio de Tapia de Casariego. A la par, se podrá disfrutar de la naturaleza y el paisaje de uno de los tramos más bonitos de la costa cantábrica asturiana, la mejor conservada del país. Se proponen dos itinerarios independientes de ida y vuelta, ambos con partida desde el ribeiro de Represas, que nos permitirán conocer el mundo castreño, que es el conjunto de manifestaciones culturales, económicas y sociales desenvueltas por las comunidades que habitaron el noroeste de la Península Ibérica entre los siglos VIII a.C. y II d.C. aproximadamente. A lo largo de esta ruta se pueden visitar los seis castros que se sitúan en la costa, de un total de once asentamientos de los que se tiene constancia en Tapia de Casariego. Para la ubicación de los poblados se buscaron lugares fácilmente defendibles, como pequeños cabos. Así, el esfuerzo que requería la construcción de defensas artificiales en las zonas más accesibles era menor. Se cavaron fosos y se levantaron parapetos y murallas, haciendo a los poblados casi inexpugnables durante la Edad del Hierro. RUTA ESTE.- Partiendo de Represas, frente al castro de El Toxal, se pasa por Folgueiras, Los Lagos de Silva de Salave -una mina de oro de época romana-, el castro de La Castreda, la casería de Balmorto -donde antaño existió un monasterio- y se llega al castro de El Castello, en punta Campega. RUTA OESTE.- Hacia las playas y los acantilados del occidente del concejo. Se visitan los castros de El Castelo de Calambre, también llamado castro de El Esteiro, El Castelo, cerca del pueblo de Cornayo y el castro del Campo de San Lorenzo, junto a la localidad de Santa Gadía.